Familia: donde comienza la vida y nunca acaba el amor

familia

Hoy, añado unas letras a mi blog que nada tienen que ver con los artículos anteriores escritos. Esta vez, me dedico un rato para mí, para escribir sobre algo personal. Quiero puntualizar por lo tanto que, todo lo que hoy redacto va impregnado de mis valores y vivencias personales.

Cuando nacemos, todos los marcadores se ponen a cero. Comienza la vida. En mi caso, rodeada de una gran familia. Empieza entonces una etapa en la que se disfruta la unión a través de cientos de vivencias compartidas (viajes, comidas familiares, Navidades…). Durante cada uno de estos momentos se adquieren, sin darnos cuenta, muchos valores; valores que van calando y forjando la personalidad de cada uno de nosotros. También todo ello va devolviéndonos información sobre el tipo de personas que tenemos a nuestro lado.

Mi experiencia, ha sido y está siendo tan positiva…. Qué suerte tener unos referentes tan sólidos (los que he tenido y ahora no están, y los que se mantienen hoy en día a mi lado)…

Y es que, la familia es la institución más importante de nuestras vidas y el núcleo mediante el cual se forma el ser humano; determinante para la construcción de la identidad. Con ella y a través de ella, nos guiamos en el camino de nuestra existencia.

familia unida

He podido aprender quién soy, y hacia dónde voy. La huella que se ha ido elaborando año tras año en mi vida a través de cada uno de los seres que conforman mi GRAN FAMILIA es hoy en día, indeleble.

Durante una fase inicial, en la infancia he aprendido a inclinarme por el movimiento, el cambio, el crecimiento. He observado en mis referentes una disposición profunda a todo lo que significa vivir. Gracias por enseñarme a disfrutar, a saber saborear cada uno de los encuentros familiares, por transmitirme el sentido de la unión familiar y el esfuerzo por mantenerlo activo.

Otra de las cosas que he incorporado gracias a ellos y que valoro muy positivamente es: el respeto. Enseñar dónde están los límites, hasta dónde podemos llegar, qué podemos pedir y ofrecer es una tarea muy difícil, muy compleja y en su gran medida se le asigna a la familia. Una vez aprendido este valor, todo rueda de manera más sencilla.

…todo es muy bonito hasta que tenemos que empezar a decir adiós. Las despedidas son experiencias de desprendimiento y todos lo tenemos que pasar antes o después en nuestras vidas.

Cualquier final nos recuerda que somos seres mortales. Es un freno de mano repentino que pone la vida y que hace que de manera forzada, miremos a nuestro alrededor.

Es ahora, en otro momento más de despedida que nos ha tocado vivir, en el que me doy cuenta que finaliza una etapa más. Lo pienso desde el dolor de la despedida y desde la fortuna de haberlo vivido y haberlo disfrutado.

Ahora dos estrellas permanecen juntas en el cielo, junto con los abuelos.

estrellas que estan juntas como los abuelos

«Sólo dos legados duraderos podemos dejar a nuestros hijos: uno raíces; otro, alas.»

Hodding Carter.

Artículo escrito por: Raquel Sastre.