¿Por qué propósitos sólo en año nuevo?

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Qué frecuente es escuchar en estas fechas a las personas proponiéndose retos nuevos para empezar a cumplir a partir del día 01 de Enero. Veremos que muchos individuos se plantean dejar de fumar, apuntarse al gimnasio, perder peso, realizar comidas más sanas, aprender algún idioma, sacarse el carné de conducir, etc. Estos suelen ser los propósitos más frecuentes al menos entre la población española. Ese dicho de: “año nuevo, vida nueva” está en boca de muchos. Estadísticas recientes afirman que los gimnasios y las clínicas de nutrición son dos sectores que están sumamente demandados en el mes de Enero, incrementando el número de clientes (en el caso de los gimnasios) y de pacientes (en el caso de las consultas de nutrición) en un porcentaje muy alto.

Mi pregunta como psicóloga de la Región de Murcia que soy, es: ¿por qué el ser humano necesita de la llegada de un nuevo año para empezar a perseguir sus objetivos? ¿Qué hace que esas cosas que uno desea no empiecen a ser conseguidas desde el primer día que se pasan por la mente? Es decir, por qué si una persona quiere dejar de fumar (por ejemplo) y lo piensa el 03 de Noviembre no es ese mismo 03 de Noviembre el día de comienzo para eliminar ese hábito.

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La respuesta, desde mi punto de vista es en la mayoría de los casos la falta de motivación y de fuerza de voluntad para ser constante a la hora de perseguir objetivos y por lo tanto lograr así la meta.

Para ello, ofrezco una serie de consejos que pueden ser útiles para mantener durante todo el año un buen nivel de motivación y así asegurar que cada cosa que se desee en un momento dado (porque sea favorable para uno mismo), se plantee y se lleve a cabo.

Considero que es en estos casos muy importante pensar en lo que uno quiere pero sin dejar de tener en cuenta que: un pensamiento sin una buena actuación pierde toda su fuerza y finalmente se desvanece. Además, ser capaz de lograr aquello que es bueno para uno mismo es una forma de fortalecer la autoestima, el cuidado hacia la persona y también la confianza y seguridad en sí.

¿Cómo lograr lo que deseo?

– Plantear una meta realista (lo que quieres conseguir).

– Plantear objetivos (lo que se necesita para conseguir llegar a la meta) que sean factibles, alcanzables y específicos (debe quedar bien claro qué es lo que necesito exactamente y cómo voy a realizarlo a través de estos objetivos que se planteen).

– Planificar bien las cosas (escribir de manera clara y concisa el planning que se va a llevar a cabo para lograr la meta).

– Ser perseverante y autodisciplinado porque evidentemente, todo cambio necesita de una constancia y de una buena atención para no perder de vista aquello que nos hemos planteado obtener. La mirada hacia todo aquello que vamos logrando en el camino ha de ser una mirada objetiva y que fomente también la recompensa. Por ejemplo, si la meta es perder 14 kilos en un año, tendremos que plantear varios objetivos:

  • Ir tres días a la semana (lunes, miércoles y jueves) al gimnasio a las 20.30 horas para hacer la clase de spinning.
  • Beber 2 litros de agua diarios (llenaré dos botellas de un litro que tendré que haber bebido siempre antes de irme a la cama).
  • Dejar de usar el coche para ir al trabajo de lunes a viernes y desplazarme siempre en la bicicleta.
  • Acudir a un nutricionista que me guíe en el proceso.
  • Etc.

– Siguiendo con este ejemplo, y continuando con lo que explicaba en el párrafo anterior, la persona debe, mes a mes apreciar su esfuerzo y premiarse. No sólo hay que valorar llegar a perder esos 14 kilos, sino que hay que valorar la pérdida de esos kilos desde el primero hasta el último. Una forma de premiarse puede ser dándose un capricho de ropa, recibir un masaje, o cualquier cosa que pueda ser extraordinaria para la persona.

– Comprobar que los objetivos se van cumpliendo es una tarea imprescindible porque si no se comprueban, la persona puede estar desviándose del camino sin darse cuenta y de esta forma perdería el tiempo y se frustraría posteriormente pues pensaría erróneamente que no es capaz de alcanzar lo que se propone.

– Si hay un resbalón, siempre hay que levantarse. Eso significaría que hay algo que se ha dejado en el tintero. Hay que pensar bien qué es lo que ha propiciado esa caída y modificar lo que sea necesario para que no nos vuelva a ocurrir o para que sea más sencillo. Por ejemplo (continuando con el ejemplo de la pérdida de peso) si la persona no ha ido en una semana a hacer deporte y por lo tanto no ha habido baja de peso, puede buscar una solución para que eso no ocurra de nuevo tratando de quedar siempre con alguien para ir al gimnasio (de tal forma que ya se establezca una obligación más fuerte para ir y así continúe cumpliendo con los objetivos marcados). Es importante que siempre de todo, se aprenda y se cambie.

– Mantener un lenguaje  y una actitud positiva frente al esfuerzo que se está llevando a cabo, porque, tal y como mencionaba en un artículo que escribí hace un tiempo: “la actitud lo es todo”.

– Tener una persona que te apoye y te aconseje es muy positivo porque no todos los días se tiene la misma fuerza para continuar luchando ni todos los días se ven las cosas con objetividad, así que puede ser un punto de apoyo que facilite el proceso.

Y recuerda… todo es posible en la medida en la que tú creas que es posible.

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