Sol@ en el confinamiento

confinamiento

Ya han pasado dos semanas y un día desde que se decretó el estado de alarma, y una proporción de nuestra población ha tenido que asumir esta circunstancia desde la soledad. No sólo me refiero a nuestros mayores (que incluye al 20% de la población), sino también a todas aquellas personas que viven solas por decisión propia o forzosa (sea la edad que sea).

Para este colectivo, se suma un reto adicional al confinamiento: la soledad. Estar solo no conlleva características negativas. Disfrutar de una independencia es también algo muy positivo y puede forjarnos mucho como personas ya que se desarrollan aspectos que fortalecen mucho al individuo en sí. Pero, otra cosa es un aislamiento forzado (como es el caso actual) combinado con la soledad.

Ahora, en esta etapa hay que ser fuertes y sacar todas las herramientas posibles para salir ilesos física y psicológicamente del confinamiento, ya que la percepción de estar solo y verse en la soledad es uno de los mayores desafíos.

Algunos consejos que pueden ayudarte si estás viviendo este aislamiento sol@ son los siguientes:

  • SÉ RESPONSABLE: Una de las formas en las que mantenemos sana nuestra autoestima es cuando dedicamos un tiempo y un esfuerzo al autocuidado. Por lo tanto, siguiendo con el título de este consejo, sé responsable contigo mism@ y sigue las indicaciones de Sanidad para proteger tu persona (restringe las salidas al máximo, pide ayuda si la precisas, usa guantes, lava frecuentemente tus manos…).
  • CUÍDATE: Mantén una dieta los más equilibrada posible (emplea más tiempo en cocinar cosas apetecibles y saludables). Para comprometerte a ello, puedes mandar una foto diariamente a tus familiares de lo que has cocinado. Además, haz ejercicio todos los días, durante 30 minutos: en internet hay muchas opciones y muchas ideas para poder realizar (dependiendo de cuál sea tu edad y tu estado físico). Este punto, lo marco con un especial interés ya que, cuando se practica ejercicio físico se segregan, al torrente sanguíneo, ciertas sustancias que nos hacen encontrarnos bien anímicamente y esto, a su vez, produce que el nivel de las defensas aumenten (estando así más fuerte y resistente nuestro sistema inmunitario).
  • DUERME SÓLO LO NECESARIO: No permitas que te atrape la cama. Mantén una correcta higiene del sueño. Ve a dormir a buena hora a la cama, y procura poner tu despertador para no caer en levantarte tarde, ya que entonces se desestructura el día y favorecemos al descuido. Importante también no descansar a medio día más de media hora.
  • PONTE GUAP@: Cada mañana, cuando te levantes, haz tu cama, quítate el pijama, dúchate y escoge algo de ropa cómoda pero con la que te veas bien. Mantén un aspecto saludable para que, cada vez que te mires al espejo te sientas bien, te veas bien.
  • HAZ MUCHAS TAREAS: Trata de seguir una rutina diaria para no caer en la zona de confort de sentarte en el sofá a ver la televisión. Procura hacer una lista de tareas pendientes, mantén tu mente activa haciendo crucigramas, sopas de letras, escucha música, canta, haz manualidades, ponte retos para memorizar cada día algo, pinta, etc.
  • NO CAIGAS EN LA SOBREINFORMACIÓN: Trata de leer páginas oficiales solamente y limita el tiempo que dedicas a ello. Una sobreinformación puede generar psicosis al respecto. Esto provocaría pensamientos circulares repetitivos durante todo el día y esto puede hacer que eleve la ansiedad y/o el estado de ánimo depresivo. Por eso, hay que estar en el día a día y atender sólo aquellas noticas que sean reales (los bulos generan angustia y desconciertan enormemente). Debemos asumir todo aquello que se vaya dando, pero no hace falta alarmarnos por aquello que no sabemos si se va a producir o no. Ya sabemos que todo va cambiando día a día y que es mejor no adelantar en el tiempo con cosas que sólo nos van a producir sufrimiento.
  • SOCIALÍZATE: Las personas necesitamos relacionarnos con los demás y compartir experiencias con otros. Por eso, trata de buscar un momento del día donde hagas llamadas a personas cercanas o gente con la que hacía tiempo que no hablabas… y busca también un rato para hacer vídeo llamadas (ver y escuchar a la gente que quieres en estos momentos, también es muy positivo).
  • RELÁJATE: Hay que trabajar mucho la mente para que esta etapa deje las menores secuelas posibles. Es lógico y normal que esto nos afecte, y que por lo tanto, en menor o mayor medida diremos que hay un antes y un después del coronavirus. Para poder vernos afectados lo menos posible, ahora debemos hacer un esfuerzo por cuidar nuestra psique. Te recomiendo que diariamente hagas ejercicios de relajación, (aunque no notes ansiedad, hazlo, ya que muchas veces es la suma pequeña de días la que luego a posteriori sale a flote). Si quieres, puedes seguir unos ejercicios de relajación que colgué hace un tiempo en Youtube:

Técnica de relajación guiada Raquel Sastre Psicóloga.

O bien este otro:

Técnica de relajación en imaginación Raquel Sastre Psicóloga.

Si te gusta el yoga y quieres hacer un tipo de respiración más específica en sí para la ansiedad que ayude a bajar tu nivel de activación o Arousal, te facilito un enlace de un programa de televisión donde explicaron muy bien la técnica:

Pranayama para relajarnos.

  • HAZ UN DIARIO: Expresar emociones y sacarlas fuera mediante un diario (no hace falta que escribas El Quijote, con unas líneas todos los días, es suficiente) ayuda a ir soltando y no acostumbrarse a retener. Además, también favorece a ver las cosas desde fuera. Cuando tenemos un pensamiento en la cabeza, normalmente lo hacemos más grande y cuando lo plasmamos en un papel y posteriormente lo leemos, suele perder fuerza y disminuye la intensidad con la que lo veíamos antes. También este ejercicio nos ayuda a ver cuáles son los problemas que nos preocupan y nos mantienen inquietos y eso hace que podamos dirigir esfuerzo en buscar soluciones o tal vez dejarlo para compartirlo con nuestras personas de confianza. Vaciar nuestra mochila de las emociones nos permite caminar con más tranquilidad y disfrutar más de nuestra ruta de la vida.

«… Recuerda que los robles más fuertes, crecen con el viento en contra…»

Artículo escrito por: Raquel Sastre Psicóloga