Síndrome postvacacional: ¿mito o realidad?

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Qué común es escuchar eso de “depresión, estrés o síndrome postvacacional” en esta época de regreso de vacaciones y vuelta al trabajo.

Un porcentaje alto de trabajadores ya ha terminado sus vacaciones de verano y ahora regresan a sus trabajos con una sensación alta de cansancio, sueño, decaimiento, falta de apetito, problemas de concentración, dolores musculares, taquicardias, mareo, sudoración excesiva, insomnio, irritación, nerviosismo, tristeza, dificultad para relacionarse con los demás, trastornos digestivos y apatía. Todos ellos hacen referencia a que, encontrarse de esta forma determinada se debe al famoso síndrome postvacacional.

Lo curioso es que, tal síndrome no existe. No hay ninguna organización internacional sanitaria que lo reconozca como tal. Tampoco existe ningún estudio de peso que confirme su existencia. La comunidad científica lo considera un mito.

Es normal que durante las vacaciones se aparquen ciertos problemas que discurren en nuestra cabeza, también es lógico que se alteren muchas de las rutinas que se marcan en el resto del año. Lo frecuente es que el individuo dedique gran parte de sus vacaciones al disfrute, relax, diversión etc. y se olviden los relojes, las alarmas,…

Es un proceso de adaptación completamente necesario para entrar en contacto con la vida activa.

Todo esto provoca que, cuando llega el momento de la incorporación al trabajo, el cuerpo de nuevo sufre un cambio de hábitos. Lo normal es que en tres o cuatro días todos los síntomas descritos anteriormente desaparezcan debido a que la persona se va adaptando de nuevo a su vida habitual. Hablamos por lo tanto de un simple rechazo al afrontamiento del trabajo.  En el caso hipotético de que estos síntomas perdurasen en el tiempo (por ejemplo unas dos o tres semanas), podríamos hablar de algo diferente.

ayuda

Lo que podemos hacer para prevenir estos síntomas y tener una buena incorporación a los horarios y vida normal es:

  • Llevar a cabo una buena planificación donde aparezcan todas aquellas actividades que debo y quiero realizar. Hay que marcar objetivos de manera realista. No es bueno empezar con planes irreales que no podamos alcanzar y que por lo tanto provoquen frustración y desmotivación al no poder conseguirlos.
  • Una buena alimentación y un poco de ejercicio físico semanal nos ayuda también a equilibrar de nuevo estas áreas que, en la mayor parte de las ocasiones suelen verse alteradas. ¿Quién no toma helados de más o come de más en esta época? ¿Quién no abandona el deporte que tan bien incorporado lo tenía durante el año en verano? Necesitamos de esas valiosas endorfinas (sustancias que se producen al hacer ejercicio físico) que favorecen al estado de ánimo.
  • Volver a retomar las relaciones sociales (amigos y familiares) que dejamos antes de irnos de vacaciones es también una buena forma de tomar contacto con la vida diaria.
  • Valorar que si se tienen estos síntomas es porque se tiene un trabajo. Desafortunadamente todavía podemos hablar de un número alto de parados al menos en España y poder hablar de un regreso al trabajo significa estar activo laboralmente. Los beneficios personales del trabajo son también muy grandes: satisfacción personal, desarrollo personal y laboral, independencia económica, etc.
  • Usar técnicas de relajación diariamente  antes y/ o después de ir al trabajo es una buena opción para aprender a desconectar y a centrar el pensamiento en el aquí y ahora sin magnificar las situaciones. Os dejo un enlace de unos ejercicios de relajación que colgué hace un tiempo en youtube:

Muchas veces las cosas no son tan graves ni tan costosas como las pensamos en un principio. Adelantar acontecimientos es algo muy perjudicial.

  • Tratar de mantener una buena higiene el sueño; es decir, tener una hora fija para acostarse teniendo en cuenta que un adulto debe dormir entre siete y ocho horas diarias y procurar no dormir con la televisión encendida.
  • Procurar no llevar trabajo a casa para que pueda existir así tiempo para todo y no se sobrecargue el área laboral.
  • Intentar mejorar las cosas en el trabajo es una buena forma de comenzar de nuevo. Si existe algún roce con algún compañero/a o si hay cualquier cosa que  piensas que puedes modificar, ahora puede ser un buen momento para cambiarlo o mejorar y así encontrar una nueva motivación. Nadie garantiza conseguir las cosas pero desde luego quien trata de alcanzar nuevos proyectos o mejoras siempre obtiene la satisfacción de haberlo intentado.