Compra y sé feliz: ¿materialismo o adicción?

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Acabamos de pasar el llamado Blackfriday, una fecha muy señalada para las personas que padecen oniomanía o shoppingmanía (adicción a las compras). Solamente Amazon registró este año 2017 en el Vienes Negro, 1,4 millones de pedidos. En EEUU se ha llegado al récord de ventas.

¿Cómo podemos saber si estamos frente a un caso de adicción a las compras? Muy sencillo: cuando el hecho de comprar deja de ser una actividad puramente lúdica y pasa a ser una necesidad en sí misma de «comprar por comprar».

La oniomanía es una alteración del comportamiento y se manifiesta teniendo un deseo desenfrenado por comprar sin que exista una necesidad real. Sus síntomas son: tener una elevada ansiedad, una sensación muy intensa mientras se compra, una percepción de insatisfacción por todo lo que se tiene, cambios de humor frecuentes y una intrusión de pensamientos constantes que incitan a las compras.

Normalmente la shoppingmanía se da en personas con baja autoestima y con un trastorno del estado del ánimo como trastornos depresivos. También está asociado al estado hipomaníaco del trastorno bipolar, al trastorno límite de la personalidad y a trastornos de la conducta alimentaria (especialmente en la bulimia).

En el momento en el que una persona enciende el ordenador, busca el producto y realiza la compra, se produce una satisfacción inmediata con la cual se cubren problemas cotidianos del día a día. La compra puede realizarse de objetos de diversa índole o de un objeto concreto (por ejemplo zapatos (a modo de coleccionista)) o de sectores concretos (por ejemplo comprar muchos cupones de línea cosmética como limpiezas de cutis, peeling facial, etc.) En muchos casos las cosas que se adquieren se tiran, se guardan en el armario escondidas y comienza el sentimiento de vergüenza, culpabilidad y arrepentimiento. Este malestar es tan intenso solo se cura haciendo una nueva compra. Así es el círculo vicioso en el que gira la persona constantemente, sin saber cómo frenarlo. Estas numerosas compras que se realizan mes tras mes, producen en muchos de estos shopaholics (adictos a las compras) que su economía se vea muy alterada perdiendo o destruyendo ambientes familiares, trabajos, etc.

La mayor vulnerabilidad a padecer este trastorno psicológico es por parte de los jóvenes puesto que están en una etapa de evolución de la personalidad. Además en este sector de la población la aceptación social es muy importante al igual que la pertenencia al grupo. Podríamos decir que el prototipo de persona con oniomanía es mujer joven de unos 35 años de edad de posición económica media-alta. Se habla de una prevalencia de entre el 2 y el 8% de la población (según datos ofrecidos por varios estudios que realizan algunos psicólogos y por Susana Jiménez Murcia, responsable de la Unidad de Juego Patológico) son afectados por la compra patológica.

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Para poder solucionar este problema, la persona debe ser consciente de la problemática que posee. Es frecuente escuchar frases como: “…pues mi amiga compra mucho más que yo, así que no creo que yo tenga ningún problema, yo puedo controlarlo.” En terapia se realizan técnicas cognitivas para controlar los pensamientos intrusivos que inducen a la compra, se trabaja para reducir la ansiedad mediante técnicas de relajación y se explican técnicas de modificación de conducta.

Consejos para evitar compras compulsivas:

  • Eliminar el uso de dispositivos electrónicos durante todo el día, pero haciendo hincapié en las 23.00 y 24.00 horas de la noche que es cuando más se producen compras compulsivas porque la persona tiene más impulsividad y reflexiona menos.
  • Evitar ir a centros comerciales.
  • No llevar dinero metálico en abundancia (se pacta un máximo de euros).
  • No llevar tarjeta de crédito ni de débito.
  • Eliminar y cambiar todas las contraseñas guardadas en cualquier dispositivo que faciliten la compra online. Las nuevas contraseñas no las sabrá y sólo tendrá conocimiento de ellas la persona que le ayude en la terapia.
  • Hacer deporte.
  • Elaborar una planificación diaria para no caer en el aburrimiento y la tentación.
  • Acudir a terapia psicológica.
  • Fomentar las relaciones sociales.
  • Esperar media hora antes de comprar algo que aparentemente pueda ser necesario para así poder pensar con racionalidad y valorar verdaderamente si se necesita o no.
  • Hacer una lista en casa de las cosas que sean necesarias y dejar que esta lista la supervise la persona que nos ayude en la terapia.
  • Bloquear la publicidad de promociones que llega a través de correo electrónico.
  • Ser consciente de los gastos del mes mediante una hoja de excell.

Debemos aprender de nuestros países vecinos (como es el caso de Alemania) en los cuales, en Navidad gastan la mitad de lo que se gasta en España y es que…

el consumo, no lleva a la felicidad.

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