Crisis económica y mobbing laboral

Empieza la crisis en España hace ya unos cuantos años (más para unos que para otros…) y no sólo comienza un gran aumento de paro, de bajadas de sueldo, de recortes, de tensión entre trabajadores por saber cuál va a ser su situación laboral el próximo mes, sino que se eleva notablemente (en un 40%) el mobbing laboral. Este término llega desde los países escandinavos en la época de los 90, de la mano de Konrad Lorenz. Éste lo empleó para describir el comportamiento de un grupo de animales menores que amenazaban a un animal más grande.  Actualmente, se resume como una conducta insultante, ofensiva, manipuladora, intimidatoria, abusiva de poder y persistente que provoca en la víctima una baja autoestima y un alto grado de ansiedad. Es una suma de actos, gestos, escritos y palabras que atentan contra la dignidad, integridad psicológica o incluso física del ser humano. El acoso en el trabajo suele afectar principalmente a las mujeres que destacan y que son para el agresor/a una amenaza.  Se suelen dar unos períodos muy largos en los que hay agresión psicológica hacia la víctima. En etapas de crisis como esta, el trabajador tiene miedo a perder su puesto y acepta, soporta, asume y tolera cosas y situaciones que, probablemente años atrás no hubiese aguantado. Pero ahora es tiempo de callar y trabajar. Así se escucha en algunas empresas por parte tanto de los empresarios como de los trabajadores. Es una frase que se está empezando a normalizar dentro del ámbito laboral.

El mobbing suele empezar con un incidente crítico asociado a una situación conflictiva que, al  no ser resuelta correctamente, se magnifica y se convierte en hostigamiento. Posterior a este momento, se empieza a señalar a la víctima. Cuando la estigmatización es clara, se inicia la siguiente etapa: otras personas contagiadas por las críticas, comienzan a pensar que la víctima es la causante de los problemas y que lo mejor sería prescindir de ella. Por último y por desgracia, la última fase es la expulsión de la víctima de esa organización o empresa.    Podemos observar distintos tipos de mobbing laboral: se da la situación en la que dos trabajadores se encuentran en la misma categoría, pero, a uno de ellos se le empiezan a otorgar más responsabilidades, beneficios de todo tipo, y al otro se le excluye ubicándole en un despacho inferior, con tareas rutinarias, poco estimulantes, etc. ; otro modelo de acoso es entre los propios trabajadores (por  ejemplo mediante amenazas verbales, escritos, expandiendo falsos rumores, apodos ofensivos, burlas, atacar la vida privada, aislamiento, etc.)  y  otro caso sería el de jefe a empleado (por ejemplo con críticas constantes hacia la forma de trabajo, carga excesiva, amenaza de pérdida de empleo o reducción de salario, asignar tareas que no corresponden al trabajador, criticar a la familia del empleado, violencia física, insinuaciones sexuales, ataques a sus creencias religiosas, agresiones verbales, separar de compañeros, prohibir hablar, cuestionar constantemente las decisiones, etc). En cada una de estas muestras de acoso laboral, la víctima se siente ofendida, excluida, humillada, ansiosa, confundida, con sensación de inutilidad, culpable, etc.

Como se indicaba anteriormente, hay un aumento de mobbing en España desde hace unos años hasta ahora. Esto ha provocado que en consulta lleguen más casos de este tipo. En ocasiones ha ocurrido que se dieran diagnósticos erróneos (paranoia,  perturbaciones del carácter o depresión maníaca) por parte de algunos profesionales, y precisamente por esta razón algunas víctimas de mobbing se niegan a compartir sus vivencias con otras personas o incluso con profesionales del campo de la salud porque piensan que los demás van a creer que están exagerando lo que dicen, que están locos, que no es cierto, que se puede tratar de algo puntual y que seguro…no es para tanto. El daño que puede provocar esta no credibilidad puede ser muy grande.

Debe existir una función preventiva en el área del acoso laboral cuando se observe que el ambiente de trabajo es en sí propicio para que esto ocurra. Por ejemplo, lugares donde hay una organización caótica, los derechos y los deberes de los trabajadores no estén cuidados,  las tareas estén mal jerarquizadas y todo esto sumado con trabajos poco interesantes, mal clima entre compañeros, una competencia excesiva, etc. pueden ser sitios donde fácilmente se produzca mobbing.

Lo que le suele ocurrir a la víctima suele ser tener la sensación interna de que es igual que los demás pero que éstos no le aceptan tal y como es por alguna condición por lo que ésto conlleva estar alerta ante los demás, sentirse inquieto, a aceptar que estar lejos de ser como realmente debería ser. Esto perjudica y mina la autoestima y hace que la identidad propia se transforme. La persona día a día se rodea con gente que no la respeta, que no le tiene consideración, así que, como mecanismo de defensa termina resignándose ante ello, pues no le queda otra opción. Además hay momentos en los que hasta piensa que se lo merece, y que hasta es posible que aquello que le dicen los demás sea verdad. La valoración a uno mismo cae empicado. Aparece el  miedo, la desesperación y la vulnerabilidad. Todo esto se traslada al resto de áreas personales. Se inicia por no estar bien en el área laboral y se continúa estando mal en las relaciones interpersonales (familia, hijos, pareja, amigos). La persona, utiliza como mecanismo de defensa ante el malestar que le produce cualquier situación, la evitación, es decir, aislarse socialmente. Encontramos entonces a un individuo con una alteración en el estado del ánimo, una irritación fuerte, manifestaciones psicosomáticas (por ejemplo caída del cabello, pérdida del apetito, pérdida de peso, contracciones musculares,trastornos óseos, alteración de la flora bacteriana, problemas coronarios, perdida del apetito sexual, náuseas, vómitos, problemas en la piel, dolores articulares, cefaleas o migrañas, alteraciones en el sueño,  etc.) problemas de concentración, pérdida de memoria, ideación suicida, sentimientos de amenaza, impotencia, apatía baja autoestima, ansiedad y hasta intentos de suicidio o suicidio en sí.

Es muy grave que la causa de un mal cambio en la vida tenga que ser debido a terceras personas. En ocasiones ocurre que la persona cambia su carácter de por vida a una forma de ser seria, desconfiada, temerosa, hostil, depresiva, ansiosa, etc.  A veces, incluso muestran agresividad que la utilizan para poner una barrera como medio de protección para consigo mismos.

La aparición de miedos trae consigo que se cambien roles, es decir, a aceptar y asumir conductas que no forman parte de su forma de ser realmente, pero que tras las humillaciones ha terminado aceptando y haciendo propias. Por ejemplo tomar menos iniciativas en el área de la pareja por miedo a que al otro no le guste lo que ha decidido (suponiendo que en el trabajo le han criticado y humillado por tomar decisiones erróneas según el punto de vista del acosador (esto provocaría un malestar en la pareja, discusiones y alejamiento de los miembros que la componen)). Otro ejemplo es con los hijos. La figura maternal o paternal pierde autoridad y firmeza para los hijos ante el reflejo de su padre o su madre así, y en ocasiones esta nueva visión de la figura de referencia puede provocar muchos problemas familiares. Los canales de comunicación se averían puesto que ya “no hablan con la misma persona”.

En el 95% de los casos de las personas sometidas a acoso laboral se diagnostica estrés post traumático.

Por ello, es súmamente importante crear una buena labor de prevención desde la clínica. Hay personas con más vulnerabilidad a ser víctimas que otras y en estos tiempos que corren se agravan las vulnerabilidades. A estos individuos hay que dotarles de una buena resolución de conflictos, de una óptima asertividad, una capacidad de análisis de situaciones y herramientas de comunicación para poder crear un clima adecuado de trabajo, estrategias para afrontar críticas, manejo de situaciones estresantes, generar mayor conciencia de tomar acciones preventivas ante un caso de acoso laboral y reestrucutración de cogniciones erróneas resferentes al trabajador.

CRISIS ECONÓMICA Y MOBBING LABORAL